Perder y otras victorias
Por José Daniel Palacios
Hay luchas que están perdidas incluso antes de que comiencen. Eso aprendí hoy. Mientras miro a Juan a los ojos, lo confirmo: esto que hay aquí no necesita una contienda, de alguna forma saldremos cogidos de la mano sabiendo que los dos perdimos un poco. Reconociendo que la vida era otra cosa. Que esta vez lo hicimos mal, que no tenemos idea cómo pasó todo.
Perder, ahora que lo pienso, es uno de esos temas de la vida difíciles de entender porque afuera nos dicen todo el tiempo que hay que ganar: a toda costa y por encima de los otros; sin reconocer a los distintos, aplastando a los que no tienen ventaja. Vivimos en una cultura que nos ha enseñado que vale más la pena ganar cualquier cosa que incluso vivir o disfrutar lo que se gana.
Quisiera pensar hoy que perdí. Y que perder es mi otra victoria. Una distinta. Sin pesos ni promesas, solo una victoria de saber que al final del día uno vuelve a intentar.
Porque así es la vida. Intentar.
Intentar con cariño y con la ilusión de que no sea la última vez, ni la primera, sino la que tenemos la oportunidad de vivir en este momento. Intentar con valentía, con esa idea profunda de enfrentarnos a los propios límites, a perdonar, como decía ese video de filosofía, lo imperdonable.
Quiero dejar aquí escrito que perdí. Dejar el recuerdo de que un día con 22 años, entendí que no podía entrar a todas las conversaciones imaginándome ganar algo, porque siempre es mejor dejar que el tiempo pase para preguntar si ya es la hora del abrazo.