Atravesar el mar

José Palacios Restrepo
2 min readJan 19, 2022

Por: José Daniel Palacios

No sé cómo sobreviví a las últimas dos semanas de mi vida. La verdad, creí -al principio- que solo sería uno de esos momentos en los que quiero poner la canción triste de la lista de reproducción y volver a intentarlo al otro día. Pero no pasó.

Recuerdo que Jairo, hace tiempo, me dijo que los pensamientos podían volverse espirales, algo así como un tornado hecho de corrientes que se encuentran y terminan por llevarse todo a su paso. He tenido esa imagen en mi cabeza desde ese día, armado también de las herramientas que me han permitido salir una y otra vez de las cosas que me encuentran y empiezan a llevárselo todo.

Esta vez fue diferente. Sentía cómo adentro me crecía un tornado en el corazón y afuera otro: dos cuarentenas una seguida de la otra y las condiciones perfectas de las vacaciones para enfocar la energía en pensar de más.

Quisiera decir que fui valiente y logré resolverlo todo para venir a decir aquí que siempre se puede. Pero es mentira. Aún no puedo, aún me cuesta. Esa es la vida real.

Logré dejar de correr de una emoción que me perseguía y me sumergí en ella. Intenté atravesarla y pedirle ayuda a todas las personas que pude. Hace rato no lo hacía ahora que lo pienso, eso de usar las palabras para abrir un chat y decir: necesito ayuda.

Sentí que estas últimas dos semanas fueron como estar en el mar con todo lo que necesitaba para nadar, pero ahogándome. Así funciona la tristeza, creo. También la ansiedad.

Usé todos los días para recoger las preguntas que mi mente me hacía y luego escribir algunas respuestas con rabia en cada lugar que se me apareciera.

A veces, como si fuera una tregua de las olas del mar, una conversación me salvaba. Un juego de noche con Simmon o con Vale, un mensaje gracioso con Susana o el día que convertí el almuerzo con mis papás en un espectáculo de lágrimas sin pausa. Cada momento me sacó del tornado y me mostró el mundo inmóvil y quieto otra vez.

Nunca había sentido tanto que no se vive igual si otros están conmigo y que la verdad es que, en la soledad natural en la que uno nace, siempre se encuentra una compañía que es como llegar a la orilla después de nadar. Como recibir un abrazo sin pedirlo, pero necesitándolo.

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José Palacios Restrepo
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Written by José Palacios Restrepo

Soy un inconforme buena gente. Escritor en todas mis facetas y curioso en mis tiempos libres.

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